Comunicado de la Embajada de la Federación de Rusia sobre el alegado “ataque aéreo ruso contra el hospital de maternidad” en Mariúpol
A la luz de las recientes insinuaciones de Kiev secundadas por el Occidente, sobre el alegado “ataque aéreo ruso contra el hospital de maternidad” en Mariúpol consideramos sumamente importante hacer de conocimiento público lo siguiente.
El Ministerio de Defensa de Rusia ha declarado en repetidas ocasiones que a fines de febrero pasado varias instituciones médicas de Mariúpol fueron forzadas por los ultranacionalistas ucranianos a cesar sus actividades correspondientes. Todo el personal y los pacientes fueron desalojados de los edificios convertidos en bastiones del batallón neonazi “Azov”. Esta situación fue denunciada el 7 de marzo pasado por el Representante Permanente de Rusia ante la ONU Vasili Nebenzia en su intervención en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Sin embargo, la comunidad internacional la hizo caso omiso.
El 9 de marzo el Ministerio de Defensa de Rusia anunció el “régimen de silencio” para la evacuación segura de los civiles en la ciudad de Mariúpol. Este día la aviación rusa no realizó ni una sola misión de combate en el área de Mariúpol y por lo tanto no tiene nada que ver con el supuesto ataque del hospital de maternidad cuyas imágenes fueron divulgadas por los medios internacionales. El análisis del material fotográfico presentado hipócritamente por los medios no deja lugar a dudas: el presunto “ataque aéreo” no fue otra cosa que una escenificación para mantener la narrativa antirrusa entre los espectadores occidentales. De hecho, las fotografías del área del hospital muestran huellas de dos explosiones separadas. Pero hay un importante detalle – la primera es subterránea y la segunda – de menor capacidad – fue dirigida al edificio del hospital. La naturaleza del daño externo e interno del edificio puede confundir al espectador inexperto que desconoce el impacto real de un ataque aéreo, pero no a un profesional. Una bomba de aviación, incluso de menor potencia, simplemente habría derribado por completo las paredes exteriores del edificio. Y por supuesto, no hay evidencias documentadas de “víctimas civiles” inmediatamente reportadas por las autoridades de Ucrania.